Marco A. Dorantes

Este es uno de mis primeros blogs* (aquí hay una lista de mis blogs sobre temas de mi interés).
Además, mis aportaciones en un seminario de introducción a la Filosofía.
*blog es una contracción de weblog: un diario o bitácora pública como medio de expresión personal.

Tuesday, May 17, 2005

La religión, la ciencia y, sus campeones

Título alterno: La religión, la ciencia y, sus campeones blandiendo la bandera de la ignorancia

La ironía

En un número considerable de ocasiones he escuchado a varias personas, en un contexto religioso, referirse al concepto de la ciencia con un tono desdeñoso. Ha sido curioso escuchar de parte de otro grupo de personas, en un contexto científico, referirse al tema de la religión con ese mismo tono.

En ambos casos, los opinantes advierten enfáticamente los peligros de tomar en serio la manera de explicar la vida por parte de la ideología en pugna; sirviéndose de varias figuras retóricas, de las cuales el sarcasmo es el más lamentable, se satisfacen a si mismos en un monólogo feroz cuyo único propósito pareciera ser el auto-convencerse del realismo de sus palabras.

El malentendido

Me parece que, cada uno de estos campeones portando su correspondiente blasón, está empeñado y al mismo tiempo confundido en un grave malentendido, me parece que ambos enjuiciadores están hablando de algo que tan solo conocen por los artefactos de Hollywood o por lo que escucharon de algún otro campeón en el mismo estado de conciencia, pero que ellos mismos no conocen de primera mano.

“Uno esta hablando de peras y el otro de manzanas, pero ambos creen que están hablando de lo mismo. Uno habla de una víbora y el otro del tronco de un árbol, sin poder ver que están tocando a tientas diferentes partes de un mismo elefante”.

Los detalles

El religioso ignorante de la ciencia, condena a la ciencia por no dar a Dios el lugar que le corresponde, por no reconocer que es El quien hace posible todas las cosas, y no el intelecto humano.

El científico ignorante de la religión, la tacha de incongruente e idealista; incapaz de responder a los problemas prácticos a los que se enfrenta el hombre.

El así llamado “religioso”, en realidad sabe muy poco de ciencia; y de religión el así llamado “científico” no conoce más que las creencias populares o las opiniones de terceros; con tan poco conocimiento y precipitando opiniones se parecen a aquel que “por subirse a un ladrillo ya quiere ver hacia abajo a los demás”.

Observaciones

Ambas percepciones se van moldeando debido a los malos ejemplos encontrados en estas ideologías. Seudo-científicos sin escrúpulos pronunciando toda clase de disparates acerca de la ciencia, trastornando la esencia del pensamiento científico: el cuestionamiento. Así mismo, seudo-religiosos insensatos articulando juicios categóricos acerca de temas en donde no debieran entrometerse.

Es importante observar que muchos de los verdaderos científicos, aquellos que han contemplado la creación, la pueden explicar y toman conciencia de su posición en ella, son los mismos que exhiben una genuina humildad, la humildad que proviene de observar la realidad de un Creador que designa el orden en el universo.

Acerca de los verdaderos religiosos tengo algunos en mente, pero basta con apuntar al blanco de todo aquel buscador de Dios: Cristo

Epílogo

Hay otro tema que me ocupa, de cuánto estos “campeones” se parecen a los verdaderos apoderados en sus correspondientes ideologías, pero tales apreciaciones las dejaré para otra ocasión.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home