Marco A. Dorantes

Este es uno de mis primeros blogs* (aquí hay una lista de mis blogs sobre temas de mi interés).
Además, mis aportaciones en un seminario de introducción a la Filosofía.
*blog es una contracción de weblog: un diario o bitácora pública como medio de expresión personal.

Friday, November 22, 2013

Arquetipos de fe

Recién leí esto:

«La filosofía es una interrogación permanente; la religión, una respuesta permanente (de certezas incontrovertibles). Quien quiere conocer cuestiona, y eso es filosofía; quien quiere creer cree, y eso es religión. Quien duda busca la filosofía; quien quiere certezas busca la fe.» —Leo Guillen

Por mi cuenta pienso que hay muchos tipos de fe; hay fe como virtud dogmática o certidumbre desarticulada, hay fe como confianza, fe como incertidumbre articulada (la fe de un científico), fe en la fe, etc.

La fe puede expresarse de varias maneras:

La fe teologal es un misterio. Ese arquetipo de fe, entendida como una —así llamada— virtud, es como una especie de motivo, algo que el individuo puede tener y del cual parte, como principio, para interpretar su realidad. Es decir que la fe teologal se da por hecho y si un individuo la tiene entonces no la cuestiona sino que la presupone para todo lo demás. En ese sentido, si ese tipo de fe es un fundamento o punto capital de todo un sistema religioso entonces esa fe es, digamos, una virtud dogmática.

La fe como virtud dogmática pertenece a un campo similar al campo poético. Para mí esto es un cumplido a la religión; es decir, interpretar a la religión como si fuese poesía o estética es como decir algo muy positivo de la religión. Claro, no me refiero a ninguna religión organizada e institucional sino a la religión como forma simbólica basada en mitos antropológicos —mito no como patraña sino como los estudiados en antropología filosófica y que son base para interpretar y habitar una realidad que está más allá de nuestro entendimiento. Un ejemplo trivial de este tipo de fe es la interpretación emotiva de que como todos los días anteriores ha salido el Sol en el oriente, entonces una fuerza superior o sobrenatural es lo que, en su providencia, concederá la salida del Sol el día de mañana. Este tipo de fe es una especie de certidumbre desarticulada.

Por otro lado, la fe como confianza es la que podemos tener con base en un patrón regular de sucesos. Patrón por el cual inferimos inductivamente que el siguiente suceso tiene mucha probabilidad de ocurrir. Tengo confianza en que el adolescente en casa hará sus deberes si, y sólo si, hay un patrón regular de conducta sobre el cual basar dicha confianza. Confiamos en que mañana saldrá el Sol por el oriente pues eso ha ocurrido regularmente, pero no confiamos debido a que entendamos por qué.

Otra forma de fe es la que un científico puede tener en el poder descriptivo, explicativo y predictivo de una teoría física. El soporte para tal creencia no son las emociones ni la inducción a partir de muchos casos particulares, ni siquiera el patrón o la regularidad de la teoría para coincidir con las aproximaciones experimentales hacia la realidad natural, sino que la teoría está planteada de tal forma que dice con claridad cuáles son sus límites y en qué condiciones, al ocurrir, la teoría queda refutada para esos casos; es decir, se tiene fe en una teoría científica debido a que no se expresa como verdad absoluta sino que indica explícitamente cuáles casos, de llegar a ocurrir, señalan el límite de la teoría. El mismo ejemplo anterior pero interpretado con una fe científica es un tipo de incertidumbre articulada en forma de una teoría planetaria con la cual entendemos por qué el Sol saldrá mañana por el oriente.

Hay otra expresión de fe que consiste en mantener una especie de creencia en la fe misma; es decir, lo importante es creer por la circunstancia misma de creer. No importa nada más, la médula es creer que se cree. Algo así como que lo importante es tener fe, tener creencia. Qué, cuándo, cómo, dónde, por qué, para qué,...nada de eso importa. Sólo importa creer. “El poder de la fe” —es una bandera que entroniza a esta expresión de fe. Puede ser al respecto de casi cualquier cosa: horóscopo, amuleto, el pie derecho, crucifijo, escapulario, portar alguna insignia o repetir un rito o mantra. Al parecer, se afirma que el asentir psicológicamente sobre el fetiche de marras tiene alguna repercusión en la realidad. Pienso que esta expresión de fe está detrás de algunas interpretaciones supersticiosas en cristianismos carismáticos, donde esa fe es la que vendrá buscando el Mesías judeocristiano a su retorno.

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